Finding Altamira (Altamira) 2016. Una reseña

A día de hoy, esta muy de moda el volver a sacar a pasear a los héroes (Y a veces, incluso hasta heroínas) de antaño porque el presente da miedo (O pena, o asco, o...) y el futuro ya ni os cuento. Se tiende a usar a esos ilustres antiguos con fines muy concretos y cuanto mas antiguos mejor, porque los muertos ni cuentan historias ni piden la cuenta. Ahora bien, como todo lo que se hace con interes, se hace con un fin concreto y si hay que maquillar, dejar de lado ciertos episodios, exagerar tergiversar o simplemente poner el foco en las partes que mas nos molan...pues se hace. Es triste, pero es lo que hay.
Ahora bien, llega un momento en que realmente es necesario volver a sacar a la luz para ponerlo en el sitio que realmente se merece y que la gente lo conozca. Pero son cosas muy diferentes el querer, el poder, el pensar como hacerlo, el hacerlo y el resultado final. Y la película que  voy a reseñar ahora es exactamente un caso muy concreto.

Finding Altamira, o Altamira, que fue como se estreno en España (La película se rodó en inglés y luego fue doblada al español) es una película española que se estreno el 1 de abril de 2016. Se rodó en inglés porque el plan era exhibir la película en el extranjero como reclamo y reivindicación de la figura del personaje principal, pero ya os adelanto que no les salió como querían sus promotores.
Pero ni de lejos.
La película esta dirigida por el director inglés Hugh Hudson (Carros de Fuego,Greystoke: La leyenda de Tarzán, Revolution,...), con guión de Olivia Hetreed y José Luis López-Linares. Actúa en el papel protagonista Antonio Banderas y forman el resto de actores y actrices el siguiente reparto principal: Golshifteh Farahani, Pierre Niney, Rupert Everett, Nicholas Farrell, Henry Goodman, Irene Escolar, Clément Sibony Ximena Vera, Kike Guaza, Javier Laorden,Dylan Moreno y Tristán Ulloa, entre otros.
Como datos curiosos adicionales tenemos, por ejemplo, que la fotografía corrió a José Luis Alcaine, o que la banda sonora fue obra de la percusionista Evelyn Glennie y del legendario guitarrista Sir Mark Knopfler (Dire Straits), siendo esta la novena BSO de una película de su carrera musical. Quizás lo mas llamativo es que la producción corrió a cargo de Morena Films, que recibió fondos del Gobierno de la comunidad autónoma de Cantabria y la Fundación Botín. La presencia de la familia Botín es clave para esta película, pero lo explico mas abajo.
La película se rodó en Santillana del Mar, Comillas, Puente San Miguel y Santander entre finales de 2014 y principios de 2015. La duración del film es de 97 minutos, pero una versión que he visto yo no llega ni a 70 minutos español.
He visto las dos, en español y en inglés. No es complicado dar con ella por la red.

Cartel de la película en inglés

La película, que entra dentro del género historico-biografico, habla sobre la vida de Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca (Encarnado por Antonio Banderas), girando entorno al antes, durante y después del descubrimiento junto con su hija María Sanz de Sautuola y Escalante (Encarnada de niña por Allegra Allen y por Irene Escolar de mayor) de las pinturas rupestres de la cueva de Altamira (Fue la hija quien descubrió las pinturas, en realidad), para luego centrarse en la polémica sobre la autenticidad de las pinturas y las acusaciones, burlas, ataques y desprecios (Sanz de Sautuola era un hombre de elevada posición social, jurista de carrera, pero aficionado o "Dilettante" a la antropología, botánica y arqueología. De hecho, uno de los desprecios mas grandes que le hicieron precisamente fue acusarle de "no-profesional) que sufrió toda la familia Sautuola (Pero sobre todo Marcelino) que vinieron de todos los ámbitos posibles (Políticos, académicos, religiosos,...) tanto de dentro de España como de fuera, al ser acusado de falsificador, estafador y mas cosas, hasta que su figura y honor fue restituido a primeros del siglo XX al descubrirse cuevas con pinturas similares en Francia...pero el nunca lo vio pues el murió 8 años  (1888) después de hacer publico el descubrimiento, sin haber llegado a cumplir los 57 años de edad, una edad relativamente temprana para morir, por su estatus social y la época que era.
Se narran sobre todo las presiones, envidias y hasta los intentos de dividir a la familia auspiciados desde el exterior, sobre todo desde el obispado, en la figura de "Monseñor" (Encarnado por Rupert Everett. No dicen su nombre, pero debió de ser, lo mas seguro Vicente Calvo y Valero, que fue obispo de Santander hasta 1884, pero tengo dudas-Ver-) que se valió de la confianza que le tenia la esposa de Sautuola, María Concepción "Conchita" de Escalante y Prieto (Encarnada por la actriz Golshifteh Farahani, que por cierto, es de origen iraní), para manipularla, hacer palanca y aumentar la presión en el matrimonio. Básicamente, la castiza táctica de "O se dobla o se rompe, pero entra por donde yo quiero, por mis cojones".

María Sanz de Sautuola y Escalante, de niña

La película, supuestamente historica, biografica y pensada para enaltecer a Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca como prácticamente un mártir de la ciencia, que sufrió ostracismo y vilipendios en una época donde no fue mas que una victima mas de una guerra no militar a múltiples niveles (Religiosos contra laicos, creacionistas contra evolucionistas, monolíticos académicos contra  entusiastas"aficionados", ortodoxos contra heterodoxos, españoles contra franceses...y no olvidemos la actitud envidiosa y cainita de los españoles) y pensada para dar lustre a una familia como los Botín, que por algo pusieron pàsta en el tema (A fin de cuentas, descienden directamente de Sautuola, porque su hija se caso Emilio Botín López. Y de hecho,el niño que sale en la película, al final con un arco y unas flechas hace de Emilio Botín-Sanz de Sautuola y López, que a su vez fue el padre de Emilio Botín y abuelo de Ana Botín), la verdad es que hace aguas por todas partes, siendo poco mas que un documental dramatizado con pretensiones.
Lo que queda al final es una historia que deja una imagen muy pobre.

Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca (1831-1888)

Para empezar, Hugh Hudson está en las antípodas de lo que fue en los 80 como director. Cuando le encargaron dirigir la cinta, llevaba casi una década y media sin dirigir películas. Le faltaba chispa, inspiración y eso se ve aun sin ser experto en cinematografía. Es mas, no dudo en confesar que el tema, pues que poco menos que le venía grande, al decir en una entrevista que "Hay que ser muy cuidadoso con este tipo de filmes, sobre todo cuando los descendientes aún viven y, aunque haya que dramatizar cosas por cuestiones cinematográficas, básicamente hay que respetar la verdad".
Mas que los descendientes que viven, los descendientes que ponen la pasta, querría decir! Y se le nota realmente agarrotado.
Lo mismo que los actores, que se les ve en muchos casos fríos, distantes, grises y cubriendo expediente y poco mas. No se ve pasión, no se ve energia, garra...me faltan calificativos. Incluso Antonio Banderas me da la impresión de estar como apagado.
Y por ejemplo, hay una plétora de elementos que deslucen mucho el film: Por ejemplo si bien es cierto que la fotografía y los escenarios naturales me parecen fabulosos, la caracterización de los personajes o brilla por su ausencia (Solo hay que ver a Antonio Banderas como Marcelino Sanz de Sautuola y la foto que os dejo arriba, o a Clément Sibony como Emile Cartailhac, a Tristán Ulloa como Abbé Breuil...), lo que refleja una desidia tremenda para mi gusto, o es una caracterización sencillamente exagerada (Rupert Everett va con unas pintas de villano viperino y sin escrúpulos que le calzas la etiqueta desde el segundo uno que lo ves en pantalla. Solo hay que ver los carteles donde sale, parece Lex Luthor...y no por la calva.).
Sumemos a eso ciertas inexactitudes históricas en el film (El hijo de María Sanz de Sautuola debía ser casi un bebe al nacer en 1903, no un crío de 6-7 años años, que  es el que sale. Ni Sautuola muere con 57 años, sino con 56,...) y alguna que otro elemento sorprendente, como el coche en el que van a ver Emile Cartailhac y Abbé Breuil (Cartaihac, que no tragaba los Jesuitas, yendo de la mano de un Jesuita paleontólogo, que cosas, eh?) a los Sautuola para pedirles disculpas...que es por lo menos de unos 15-20 años mas tarde de la fecha de ese episodio (Y encima por las carreteras de aquella época en Cantabria, que eran mas bien empedradas, o pistas llenas de baches, no por donde va el coche tan campante).
O insinuar un leve tonteo entre la esposa de Sautuola y el pintor que hizo las copias de las pinturas rupestres (Paul Ratier Josse, encarnado por Pierre Niney. Para mas inri...Paul Ratier era mudo y aquí tiene diálogos hablando y hasta gritando!)...pues hombre, es una forma harto peculiar de " respetar la verdad" que tan escrupulosamente decía Hudson respetar. Y el casting tiene unas elecciones un tanto peculiares, la verdad, siendo una extraña mezcla de actores y actrices nacionales con extranjeros donde parece que han primado mas los caprichos del director que el sentido común.

Y lo peor de todo es que son fallos fácilmente subsanables, con cosas muy muy simples.Tenían un presupuesto bien generoso y podrían haberse permitido sos retoques sin apenas merma del mismo: Caracterizar a Banderas y a otros actores mejor, usar otros medios de transporte mas adecuados a esa epoca...pequeñeces que hubieran dejado un resultado final general mucho mejor, porque aunque son pequeñeces, son muchas, y como dicen en Chicago, muchos pocos hacen un mucho...

La BSO es correcta, pero con gente como Evelyn Glennie y Mark Knopfler decir que la BSO es correcta suena casi fracaso. La puntilla es que el desenlace final, tan poco logrado que no consigue ni ponerte triste ni enfadarte, ni emocionarte un poco. A lo sumo, un pensamiento desdeñoso en plan "A burro muerto, cebaba el rabo, eh? cacho c...." y una leve pena .Y encima sospecho que fue otra licencia, y que no ocurrió así realmente...

Todo esto provocó que la película tuviera una aceptación muy escasa, una crítica que le dio el aprobado raspado y gracias, y que finalmente pasase sin pena ni gloria alguna, pese al interes de venderla fuera.

Yo conocí la historia de Marcelino Sanz de Sautuola y su hija María Sanz de Sautuola, de pequeño, con unos 9 años, estando en 4ª o 5ª de la EGB, por un libro de lecturas que teníamos como parte del material la asignatura de Lenguaje (De la editorial Santillana, por cierto). Obviamente, era la versión corta y edulcorada de lo que pasó, y poco después descubrí la historia, vamos a decir, "de verdad". Y hasta conseguí una copia de la traducción del Mea culpa d'un sceptique, la controvertida disculpa de Emile Cartailhac por lo que le paso con Sautuola y que por cierto os dejo para que mireis. Años mas tarde, cuando salió el tema por el motivo que fuera aprovechaba para mirar un poco mas, como por ejemplo copias de lo que decían periódicos de la época de Sautuola (Salvo dos personas entre los académicos, Juan Vilanova y Piera y Miguel Rodríguez Ferrer, el resto del mundo se le tiro a la yugular, entregándose al gratificante pasatiempo nacional del linchamiento, al menos, verbal). Así que he llegado a conocer bastante bien la historia y tener suficiente información y versiones como para entenderla bien.
Así que, cuando Kit me trajo la película, que fue cuando estaba convaleciente, el verla fue una de las cosas que me saco de la apatía. Pero mas por la decepción y el disgusto que me causo, que otra cosa.

A dia de hoy se esta que si Blas de Lezo para arriba, que si los Tercios para abajo, que si una película que si...pero se olvidan o se dejan de lado a otros muchos héroes, que no lucharon en guerras, ni ganaron batallas ni nada de eso, pero que fueron tan heroico y trágicos como muchos "miles gloriosus" y que ayudaron o intentaron hacer grande a su país de otras formas. Eso no interesa, y cuando se hace, es por el interes de unos descendientes adinerados que quieren darle lustre y encima se hace...pues como se ha hecho Altamira.
Y eso es una pena, sumada a una mas grande, haciendo lo que parecía imposible: Que la pena abulte mas.
Que pena mas grande.

Y que desperdicio.