El calendario islandés suele ser motivo de confusión. Mientras que la iglesia de Islandia solía utilizar el calendario juliano, la población utilizaba -y aún utiliza, puesto que las festividades, dichos populares, etc... se llevan a cabo siguiendo el cómputo del Viejo Calendario- un calendario propio, basado más en las condiciones climáticas y estacionales.
Este calendario está dividido simplemente en "Verano" e "Inverno", a partes iguales. El hecho de que la edad de la gente, así como la de los animales, se cuente por inviernos, parece indicar que el equivalente al "Año Nuevo", se correspondía no con nuestras fechas invernales, si no con el primer día de verano (a finales de abril).
Este calendario está dividido simplemente en "Verano" e "Inverno", a partes iguales. El hecho de que la edad de la gente, así como la de los animales, se cuente por inviernos, parece indicar que el equivalente al "Año Nuevo", se correspondía no con nuestras fechas invernales, si no con el primer día de verano (a finales de abril).
Además de las dos estaciones, estaba dividido en trece meses lunares, de la luna nueva a la siguiente luna nueva o de luna llena a luna llena, dependiendo de la zona. Curiosamente, dado que los días de verano carecen casi de horas nocturnas y las noches del invierno apenas tienen horas de luz, el cómputo de los días no parece muy preciso, de manera que el sistema de siete días fue el que se implantó más rápidamente.
Así, el almanaque islandés tradicional tenía 52 semanas, 12 meses de 30 y 4 días extras. Aunque esto hace tan solo 364 días, este sistema permitía añadir una semana extra en el verano cada cinco o seis años, llamada sumarauki -extra de verano- para subsanar el error.
Cuando el cristianismo se adoptó como religión oficial, allá por el año 1000 d.C, se fue adaptando progresivamente hasta el calendario juliano, un proceso que llevaría alrededor de 200 años.
Cuando el cristianismo se adoptó como religión oficial, allá por el año 1000 d.C, se fue adaptando progresivamente hasta el calendario juliano, un proceso que llevaría alrededor de 200 años.
Es de remarcar que este es el único calendario que cohabitó con los calendario Juliano y Gregoriano en Escandinavia, un fenómeno que se explica por el hecho de que la República de Islandia -fundada alrededor del 930 d.C- se regía por leyes íntimamente ligadas a la división del tiempo, las estaciones y las fechas de importancia, por lo que un cambio radical en las mismas haría necesario revisar todo el sistema de leyes.
magen del Calendario Islandés. La franja oscura separa el verano del invierno, y los radios muestran los 13 meses lunares. |
De este modo, mientras que la Iglesia utilizaba el calendario establecido, la gente de a pie usaba el viejo almanaque.
Fue a finales del siglo XVIII cuando las leyes empezaron a utilizar los nombres de los meses en latín. E incluso entonces, aunque la fecha de nacimiento de una persona fuera registrada por día y mes, a la hora de decir su cumpleaños esa persona seguiría recordando que nació en tal día de tal semana de verano o invierno. Si le pedían el mes, usaría el nombre de los meses lunares.
Fue a finales del siglo XVIII cuando las leyes empezaron a utilizar los nombres de los meses en latín. E incluso entonces, aunque la fecha de nacimiento de una persona fuera registrada por día y mes, a la hora de decir su cumpleaños esa persona seguiría recordando que nació en tal día de tal semana de verano o invierno. Si le pedían el mes, usaría el nombre de los meses lunares.
Pero como es bien sabido, el calendario Juliano, tal y como era usado desde la época de Cesar, resultó ser inexacto en al menos un día por siglo. Esta inexactitud fue corregida en los países católicos en 1 582 al adoptar el calendario Gregoriano y omitir 10 días. Llevó cerca de 200 años que otras iglesias lo adoptaran, y, a decir verdad, el calendario Juliano aún se utiliza hoy, por ejemplo, por la Iglesia Ortodoxa Rusa.
En Islandia, el calendario Gregoriano fue implantado por ley en 1 700. En ese año, la discrepancia era de 11 días, y 11 días fueron omitidos del año 1 700, cuando el 17 de noviembre se convirtió en el 28 de noviembre. Las fiestas fueron cambiadas en 11 días, aunque se intentó guardar cierta medida, como, por ejemplo, en el caso del Primer Día de Verano, que se movió solo 10 días para que pudiera seguir cayendo en jueves.
En Islandia, el calendario Gregoriano fue implantado por ley en 1 700. En ese año, la discrepancia era de 11 días, y 11 días fueron omitidos del año 1 700, cuando el 17 de noviembre se convirtió en el 28 de noviembre. Las fiestas fueron cambiadas en 11 días, aunque se intentó guardar cierta medida, como, por ejemplo, en el caso del Primer Día de Verano, que se movió solo 10 días para que pudiera seguir cayendo en jueves.
Debido a todo esto, el calendario juliano se conoce aquí como gamli stíll -Viejo Estilo- y al Gregoriano como nýi stíll -Nuevo Estilo-. Hasta bien entrado el siglo XIX, expresiones como "Vieja Navidad" para referirse al día en el que caía dicha fiesta en el viejo calendario eran fáciles de escuchar.
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