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miércoles, 23 de diciembre de 2020

Bejand y la Caida original de Horus en el Caos

A raíz de que el otro día en Warhammer Community, recordaron el trasfondo original de Saul Tarvitz de los Hijos del Emperador, y de paso el trasfondo original del Varren de los Devoradores de Mundos y Garro de la Guardia de la Muerte (Aunque es mucho,mucho mas corto incluso que el de Tarvitz. Luego los cambiaron completamente a los tres), hubo un cuarto personaje, que también sale en un relato antiguo (En el Realm of Chaos: Slave of Darknessdel RT, al igual que la primera encarnación del trasfondo original de Tarvitz y los demás), que este no fue vuelto a usar, aunque sirvió de base a un personaje actual, que es el de Maloghurst el Retorcido, y de un puesto clave en las Legiones, el de Palafrenero ("Equerry" en inglés).

Se llamaba Bejand y era el ayudante de Horus Lupercal en la primera encarnación del trasfondo de la Herejía.No se especifica si era un Astartes o no (Solamente se dice de el que es un "excelente oficial de oficinas"), aunque yo supongo que si. Por el relato parece que era un psíquico o al menos tenia potencial. Visto mas tarde, y ya en tiempos actuales, como ha sido el trasfondo de Maloghurst, creo que es mas que plausible que este inspirado en Bejand. Este relato fue traducido al español por alguien, y lo repesque hace mas de 15 años para colgarlo. Lo tenia en un archivo doc, metido en una memoria extraible, junto con otros y narrar el origen previo de la caída en el Caos de Horus, en el planeta Davin.

Espero que os guste y el merito es de quien lo tradujo originalmente:



"En el mundo salvaje de Davin, el ayudante prestó atención frente al vasto escritorio de madera.

-“Los representantes locales están fuera, mi Señor”. El Señor de la Guerra asintió una vez, sin levantar la mirada de los informes.-

-“Gracias, Bejand. Haz que se sientan cómodos y diles que me uniré a ellos enseguida”-. Bejand se aclaró la garganta nerviosamente.

-“Permiso para hablar con franqueza… mi señor?” Esta vez, el Señor de la Guerra miró. El ayudante intentó sostener su fría mirada azul pero no pudo.-

-“Lo sé, Bejand,” dijo el Señor de la Guerra. ”No estás contento con esta iniciación en el culto guerrero”.-

-“Tan poco tiempo después de su enfermedad, mi señor…”-

-“De la que me he recobrado completamente. Tenía los apotecarios de cinco Capítulo de Marines Espaciales luchando por el honor de sanarme. Me he reincorporado plenamente a mis obligaciones hace una semana ya, sin efectos de la enfermedad. Tu preocupación es conmovedora, pero innecesaria”. Bejand bajó la cabeza incómodo.

-“Pero, mi Señor, no sabemos lo que hay involucrado…”-

-“Tengo una idea razonable. Un ligero dolor, que debe ser superado sin gritar; duelos con una variedad de armas primitivas; pruebas de fuerza y velocidad; unos cuantos rituales primitivos – con poca diferencia en cualquier cultura de mundos salvajes. Conoces la política imperial; establecer lazos que puedan ser explotados en posteriores reclutamientos.”-

Paró un momento. -“Esto realmente te molesta, no es así?”-

El ayudante trató de buscar su mirada pero falló de nuevo.

-“Escucha Bejand. Eres un excelente oficial de oficinas, y valoro tu lealtad y preocupación. Pero por qué una iniciación guerrera en un mundo salvaje te molesta tanto? He pasado por más de veinte de esos rituales en el pasado. He sido un comandante de Marines Espaciales durante más de un siglo. No necesitas temer por mí.”-

-“Mi Señor, yo…”-

El Señor de la Guerra se levantó repentinamente.


-“Suficiente.”- Su voz era más suave, más peligrosa.- “Soy Horus, General y Señor de la Guerra. El primer soldado del Imperio, subordinado sólo al propio Emperador. Se dirá que Horus huyó de una manada de salvajes?”-

Bejand se esforzó por decir unas palabras. -“Mi Señor…he tenido sueños…”- Su desasosiego era genuino. Horus dejó caer una mano sobre su hombro.

-“Contrólate”- dijo amablemente. -“Estás libre para el resto del día. Ve al Apotecarión para una revisión psicológica. Y entonces, quizás a la Capilla. Unas cuantas horas de meditación te harán bien. A menos que prefieras informar de esos sueños y enviarte a ti mismo a la Inquisición para un examen de potencial psíquico.”-

Bejand respiró pesadamente. -“No, mi Señor.”-

-“Bien, entonces.”- Horus dio una palmada en su hombro con delicadeza. -“Ve ahora, y no diremos más. Mientras debo verme con los ancianos del Cuchillo de Piedra.”-

Y en la disformidad, algo sonrió. "

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