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lunes, 22 de enero de 2018

La Belleza del Uróboros; reseña by La Völva

Mención y reseña aparte merecería la genial portada de
Calavera Diablo



He perdido fuelle en esto de escribir reseñas, opiniones y disecciones, así que voy a tomarlo de un modo más informal y comenzar por el principio;

Una fría tarde del pasado noviembre me uní a una iniciativa del blog Origen Cuántico, cuya descripción y características podéis encontrar aquí. El novello inicial a diseccionar era “La Belleza del Uróboros”, de Javier Castañeda de la Torre, publicada por Editorial Cerbero, en Julio del año pasado y que podéis adquirir aquí en papel (por 5e, un formato que merece la pena recuperar el del bolsilibro, pero eso es otra historia) como en digital que parece que le mola más a todo el mundo, por algo menos de 2e. Son 238 páginas, que en el fondo no es nada y se lee de una sentada.

Como veréis si entráis en la web de la editorial, la sinopsis no aclara demasiado;

“25=2; 12+4=miles de millones. Asúmelo cuanto antes”. ¿Quién firma el extraño telegrama? ¿Qué quieren decir esas cifras? ¿Qué relación tienen con un absurdo asesinato del pasado? El Uróboros, la serpiente que se muerde la cola, el bucle infinito de la paradoja. ¿Deben los hijos cargar con los pecados de sus padres?”
Y cuando digo que la sinopsis no dice nada, es porque no dice nada en realidad. Tan es así que yo, fans de Cerbero desde que salieron, lo leí y pensé en su momento “puf, esto pa`mí no”. Ahora, la oferta que Origen Cuántico planteaba era irrechazable, así que le di la oportunidad y, en una tarde, lo leí. Luego, dos tardes después, lo releí. Finalmente, un día antes de la disección en sí, lo leí por última vez. Y reincido en que la sinopsis no dice nada, y voy a daros mi propio resumen sin spoilers de la novella;

Tenemos un señor que se entera de que va a ser padre y casi de la misma, recibe un telegrama a su nombre con la ecuación que encabeza la sinopsis de contraportada. El muchacho, acosado por fantasmas de su infancia y el recuerdo de la figura no demasiado ejemplar de su padre, teme por su capacidad de ser un buen progenitor tanto como por lo que ese mensaje pudiera significar, puesto que las referencias a ese pasado que le acosa se hacen cada vez más frecuentes. Hasta que llega el punto en que se obsesiona con ello, abandona su vida diaria, el cuidado de su futuro hijo, de su preñadísima esposa y de una profesión que solo usa en su beneficio. A saber, descifrar el enigma. Se encuentra de este modo inmerso entre teorías cuasi dementes y paradojas que deberá llegar a comprender para saber qué es lo que el mensaje quiere decirle. Hasta que lo descifra, claro. Y, una vez en ese punto de no retorno, la suerte está echada, inamovible; porque la decisión que ha de tomar ya fue tomada antes.

¿Cómo? ¿Que tampoco os ha dicho nada mi resumen? Lógico y normal, es que para pillarlo hay que leerse la novella… varias veces. Bueno, esto tampoco es cierto, dejadme volver al principio;

La historia tiene varios niveles de lectura: Se puede leer como una mera novella de aventuras (Offtopic; Cerbero la pone en la colección Wyser, la de sci fi, pero yo no diría que es sci fi… llamadme ignorante si queréis. De tener que etiquetarla – que ni me mola ni se me da bien- diría que es “philosophypunk”, como quien dice steampunk, ojo, no vayáis a esperar ahí alegres punkarras en la obra), y te deja satisfeche. Se puede leer también como una novella/marco para ensayo de filosofía, pues a lo largo de sus páginas encontramos no solo referencias a estas, sino también las correspondientes explicaciones a las mismas de la mano del protagonista. Una tercera lectura es entender la novella como una paradoja en sí misma, un enigma para los lectores, cómplices al par que espectadores de los acontecimientos, para rumiar sus capas, detalles y subcapas como si de una adivinanza se tratara.

Sabéis (y si no es que no os acordáis, así que os lo recuerdo) que la filosofía y yo muy bien no es que nos llevemos, de manera que, pese a que hice el esfuerzo en aras de la disección, el tema destripamiento de paradojas me resultó, aunque interesante en aislado, innecesario para la novella. Es decir; sí, el protagonista necesita pasar por ellas para llegar a las conclusiones a las que termina llegando, pero regodearse en ellas puede resultar, para el lector no familiarizado con el asunto, un tanto tedioso por el hecho de tener que ir a investigar sobre el asunto cada x páginas.

Pero no hablemos solo de aspectos negativos: una de las cosas que más me gustaron de la novella fue el modo en que se incorporaban las referencias a cómics casi a la manera en que encontramos obras que refieren a “clásicos” como Dickens. Y es algo que va siendo hora porque en realidad, en este tiempo que corre, es más fácil referir a la cultura popular que a los clásicos que evadíamos leer en el colegio, por mucho que le pese a los académicos.

También está un detalle que en el momento de la primera lectura me resultó entre chocante y una tara pero, en aproximaciones posteriores, me encantó; y es el hecho de que, cada poco tiempo, tienes la sensación de estar sacado fuera de la realidad. Como dentro de un espacio de realidad virtual exquisitamente logrado que a veces falle por segundos por la tormenta. Por el modo en que se comportan los personajes, por los escenarios, por las secuencias causa efecto… Como si la historia tuviese lugar aquí y ahora pero al mismo tiempo, en otro plano, otro tiempo, otro mundo con reglas diferentes. Esa suspensión de la realidad rota en ocasiones es parte de la incógnita de la historia, parte del puzle. Es uno de los elementos clave que dejan reflexionando, que invitan a la relectura e inspiran el pensamiento de “¿Qué es lo que acabo de leer y por qué ocurre ESO al final? A ver que empiezo otra vez…”

Creo que no puedo decir mucho más sin desvelar el contenido, porque en una novela como esta, cada palabra, frase o detalle están interrelacionados de tal modo que un desliz puede romper la magia del asunto.

Lo que sí quiero es terminar diciendo dos cosas; La primera, que invito a que la lean quienes busquen algo más en una historia de género que partidas de D&D o videojuegos de zombies o Star Wars novelados, aquelles que les gusta leer algo interesante, ameno y al tiempo profundo en unas horas que tienen libres con lo que, más tarde, puedan disfrutar durante días en el interior de su mente o con intercambios de impresiones.

El secreto real, la única forma en que puedo resumir todo lo que La Belleza del Uróboros me ha transmitido, está en el mismo título de la obra: Belleza. Porque belleza y armonía es lo que, en última instancia, transpira el conjunto de la obra en retrospectiva.



BONUS: Para aligerar el momento épico que me he marcado sin querer en el último párrafo, lanzo una pregunta a todes aquelles que estéis leyendo esto y os ha picado el gusanillo de pillar el libro: El bocadillo de caballa, ¿Existe o no existe entre las páginas de la novella?

Para descubrirlo, amigues, tendréis que leerlo.

Y no os arrepentiréis.

P.D: la inciativa sigue abierta por si os queréis unir, y en breves traeré más reseñas de otras cosicas que hemos ido viviseccionando.

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